
DUMKA
I.
Hace tres años, en la meseta tibetana, el equipo del ogp predicó la fe católica a puran, un predicador protestante que convirtió cientos de almas en su lugar nativo, dumka, en la india.
Aquella ocasión encontramos a puran supervisando a un grupo de alrededor de ochenta adivasis que, en nuestra zona misional, construyen carreteras, sobreviviendo en campamentos miserables, apilados, despreciados y mal pagados.
Puran llevó a muchos de los suyos a nuestro centro misional y les predicamos, los bendecimos y con ellos participamos de la santa misa varias veces. No hemos visto a puran desde que regresó a dumka hace unos meses.
Hasta donde podemos recordar, la última vez que lo vimos fue en la frontera del tíbet con china. Ese mismo día, puran grabó un video manifestando su fuerte voluntad de ser católico y firmó un documento que contiene ese mismo mensaje. Después no tuvimos más noticias de él, por lo que temíamos que hubiera vuelto al protestantismo. Sin embargo, hace unos días, sorprendentemente, puran vino con manuel (un adivasi amigo de él) desde dumka, a visitarme. Padecieron un largo viaje con el único propósito de visitarme.
II.
Ni bien llegaron me enteré de las novedades. Cuando estábamos en la sacristía preparando la misa, pregunté a puran si debíamos poner una hostia para él y respondió afirmativamente, lo cual nos llenó de alegría. Nos contó que en diciembre él recibió la primera comunión.
Celebramos la misa amenizada con himnos latinos y cantos católicos en la lengua shantali, que es la lengua que habla la etnia adivasi, a la que puran y manuel pertenecen.
Pero, ¿por qué hicieron un viaje tan largo para visitarnos? Porque manuel necesita ayuda. Mas, ¿quién es manuel? Presentémoslo en dos líneas…
III.
Manuel murmu tiene 24 años y a los 19 años, luego de haber salido 3 veces del seminario por problemas de salud, fundó 2 escuelas católicas (con sus respectivos albergues) en dumka. Es un apostolado de carácter masivo ya que, entre las dos escuelas (llamadas “san pedro», una, y “emmanuel», la otra) suman 700 alumnos, de los cuales la mitad son literalmente “dirmi puja», esto es, adoradores de piedras y árboles. No pertenecen a ninguna religión “organizada” (como el budismo o el hinduísmo), sino que simplemente adoran rocas y árboles.
Viven en una miseria total, espiritual y material. Su mayor pobreza es espiritual, esto es, la idolatría fito-pétrea y la ignorancia de dios. Pero, a su vez, son paupérrimos materialmente hablando. Es gente que literalmente sale a cazar ratas y sapos para poder comer. Si uno llega a cazar una rata, se pueden pelear entre ellos pues la pobreza es tal que la rata es considerada un alimento apetecible.
IV.
Como decíamos, manuel dirige dos escuelas que, en total, educa a 700 niños paupérrimos. Manuel nos pide ayuda. Por eso venimos y les dimos lo que teníamos: bendiciones y catecismo, misas y sonrisas. Pero también necesitan ropa y comida. A veces, comen una sola comida por día porque el arroz no es suficiente. Acá los niños son flaquísimos. No comen carne, pero no por adherir a la ideológica moda vegana, sino porque no tienen más carne que la de las ratas y los sapos. Pero, manuel les prohibió comer ratas en la escuela. Hoy les celebré la misa, les prediqué y les enseñé el sagrado catecismo. Participaron fascinados. Estaban felices de aprender a responder en latín durante la misa. Aprenden rapidísimo. Ya saben inglés. No son ningunos tontos. Guardaron un silencio cuasi-cartujano en la misa. Durante el canon, no volaba una mosca. Manuel nos está suplicando que armemos una capilla. El terreno es enorme. Si las periferias existen, esta es la periferia por antonomasia. Sobre todo, porque el dios verdadero no llega. El vicario episcopal decidió convertir la capilla escolar en una parroquia. La ogp aceptó el reto. Buscamos construir la parroquia lo antes posible. El vicario episcopal nos pidió a cambio que ayudáramos a otra parroquia donde hay multitudes de almas que aún adoran a las piedras y a los árboles.
El equipo misionero del ogp, a su regreso, hizo una expedición a la zona montañosa y empobrecida de la tribu paria, que desde hace mucho tiempo profesa el protestantismo.En un pueblo, la tribu de los parias pidió al equipo del ogp construir una escuela, que es otro objetivo que buscamos lograr lo antes posible, en la medida en que dios nos envíe más voluntarios y donaciones.